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Mujer y alimentación low-carb

Muchas veces los problemas relacionados con la alteración hormonal a lo largo de la vida de una mujer se deben a una alimentación baja en grasas y, por descontado, el exceso de carbohidratos, como los azúcares y las harinas refinadas. El uso de aceites vegetales ultraprocesados también influye negativamente en los síntomas durante las diferentes etapas vitales de las mujeres.

Una alimentación low-carb es útil para tratar muchas molestias relacionadas con el ciclo menstrual, ya que la alimentación puede cambiar la salud en las diferentes etapas femeninas.

Descubre a continuación algunos de los efectos que este tipo de alimentación puede provocar en los distintos períodos vitales de las mujeres:  

Fertilidad  

Cuando una mujer tiene dificultad para quedarse embarazada, es importante echar un vistazo a qué tipo y cantidades de carbohidratos está consumiendo. Lo ideal sería reducir el consumo de pastas y panes blancos o refinados y decantarse por otro tipo de carbohidratos, como por los tubérculos.

Esto ayudará a que el azúcar en sangre sea menor y los niveles de insulina se reduzcan significativamente. De esta manera se favorecerá la fertilidad, porque se evita la alteración en la ovulación derivada de la hiperinsulinemia.

En estos casos también se recomienda aumentar la ingesta de alimentos altos en omega 3 y 6 a unos 350 g semanales, ya que ayudará al sistema inmunitario mejorando la salud de los ovarios y de los óvulos.

Embarazo

Durante la etapa de embarazo se recomienda aumentar la cantidad de grasas saludables. Este crecimiento con un aporte energético superior es interesante para afrontar una etapa donde los requerimientos están aumentados.

En el embarazo, más que nunca, las mujeres deben evitar las grasas saturadas procedentes, por ejemplo, de la bollería industrial y centrarse en las grasas insaturadas y poliinsaturadas. Las primeras, procedentes del aceite de oliva y de los frutos secos, fortalecerán los vasos sanguíneos durante la gestación. Las segundas, por su parte, son ricas en omega 3 e idóneas para el correcto desarrollo cerebral y ocular del bebé. Podemos encontrarlas en aceites vegetales, semillas y en animales como la sardina o la caballa.

Menopausia 

Se ha demostrado que una alimentación baja en carbos puede mejorar algunos de los problemas relacionados con la menopausia, como la inflamación, los sofocos o la fatiga, una sintomatología recurrente durante la retirada de la menstruación. Una alimentación baja en carbohidratos, si es adecuada en el aporte de grasas saludables, es la opción antiinflamatoria por excelencia, ya que se centra en alimentos ricos en omega 3 y antioxidantes.

A su vez, este tipo de alimentación también ayuda a reducir otros efectos como la dificultad de concentración debido a que nuestro cuerpo, al entrar en cetosis, utiliza una fuente de energía más potente que la glucosa, los cuerpos cetónicos. Cuando nos iniciamos en una dieta cetogénica sostenida, los beneficios cognitivos son los primeros en manifestarse. Entre ellos, se consigue un mayor rendimiento mental, atención, memoria y menor fatiga, además de una mayor regulación de los sofocos.

Es muy importante cuidar de nuestra alimentación, dado que algunos estudios ratifican la efectividad de una dieta low-carb para tratar la resistencia a la insulina, que es un problema que suele exacerbarse con la caída de estrógenos característica de la menopausia.